El hombro es una de las articulaciones más móviles del cuerpo y permite una amplia gama de movimientos para las actividades diarias. Sin embargo, esta movilidad tiene como costo la estabilidad, lo que hace que el hombro sea propenso a sufrir lesiones. Las lesiones de hombro son extremadamente comunes y representan casi el 20% de todas las lesiones deportivas. Pueden ocurrir por un traumatismo agudo como una caída o el uso excesivo repetitivo de deportes como la natación, el tenis y el béisbol. Algunos de los problemas más comunes del hombro incluyen desgarros del manguito rotador, pinzamientos, dislocaciones y tendinitis.
El objetivo de la rehabilitación del hombro es ayudar a los pacientes a recuperar la movilidad y la fuerza en el hombro lesionado y al mismo tiempo prevenir futuras lesiones. Se trata de un programa progresivo centrado en la flexibilidad, el entrenamiento de fuerza, el control neuromuscular y el retorno gradual a la actividad. El protocolo exacto depende de factores como el tipo y la gravedad de la lesión, la edad, los objetivos y las demandas funcionales. Con una rehabilitación adecuada, la mayoría de los pacientes pueden recuperarse por completo y volver a practicar deportes y actividades sin dolor.
Fase 1: Protección y movimiento temprano
La primera fase se centra en proteger las estructuras lesionadas mientras aumenta gradualmente el rango de movimiento sin dolor. Los objetivos durante esta etapa inicial incluyen:
- Controlar el dolor y la inflamación.
- Prevenir la atrofia muscular
- Mantener la integridad de las estructuras reparadas.
- Restaurar el rango de movimiento inicial.
Es posible que inicialmente se necesiten modificaciones de actividad e inmovilización según el tipo de lesión. El uso de un cabestrillo o aparato ortopédico puede proteger las estructuras en curación. Los ejercicios tempranos de rango de movimiento pasivo, como péndulos y movimientos asistidos de flexión/abducción/rotación, también son beneficiosos para prevenir adherencias y rigidez. Otras recomendaciones incluyen crioterapia para controlar la hinchazón y la inflamación, una postura adecuada y técnicas suaves de estiramiento y terapia manual.
A medida que el dolor y la inflamación disminuyen, los pacientes pueden progresar a ejercicios activos de rango de movimiento asistido seguidos de rango activo de movimiento contra la gravedad. Se enfatiza el estiramiento de la cápsula posterior y el fortalecimiento de los músculos escapulares. Hacia el final de esta fase se puede comenzar el fortalecimiento del manguito rotador y del deltoides con baja resistencia mediante bandas de ejercicio o pesas muy ligeras. El cronograma de la fase uno varía según la curación, pero suele durar entre 4 y 6 semanas.
Fase 2: Fortalecimiento de la luz
Los objetivos de la segunda fase son mejorar la fuerza, la resistencia, el control neuromuscular y restaurar la mecánica normal. Los ejercicios se vuelven más desafiantes al agregar mayor resistencia y repetición. Los ejercicios comunes se centran en el manguito rotador, los deltoides, los estabilizadores escapulares, el core y la parte posterior del hombro. Ejemplos incluyen:
- Isotónicos (ejercicios de theraband como rotación interna/externa, extensión/flexión de hombros, escapción, remo)
- Ejercicios de resistencia manual como estabilización rítmica.
- Ejercicios de cadena abierta y cerrada (flexiones de pared, ejercicios de posición cuadrúpedo)
- Fortalecimiento del núcleo
- Uso progresivo de máquinas/pesos libres con poco peso/alta repetición
Se agregan otras actividades como ejercicios de propiocepción, entrenamiento del equilibrio y pliometría para mejorar el control dinámico y la coordinación. La resistencia del manguito rotador se enfatiza con ejercicios de mayor repetición. El estiramiento continúa centrándose en la cápsula posterior y los músculos del pecho. Durante esta fase pueden comenzar movimientos funcionales como mover peso, empujar, tirar, levantar y transportar. El cronograma varía según el individuo, pero la fase dos suele durar entre 6 y 10 semanas.
Fase 3: Fortalecimiento Avanzado
Los objetivos ahora pasan a recuperar toda la fuerza, potencia y resistencia que permitan volver a los deportes, el trabajo o los niveles normales de actividad. Los ejercicios utilizan todo el rango de movimiento bajo carga. La resistencia aumenta al disminuir las repeticiones y aumentar el peso. Los ejercicios se realizan a velocidades más rápidas para mejorar la potencia e involucrar patrones de movimiento más avanzados. Ejemplos incluyen:
- Isotónicos con bandas/mancuernas/máquinas de resistencia más pesadas
- Movimientos multiplano y multiarticular como press de hombros, remo, ejercicios pliométricos.
- Ejercicios avanzados de propiocepción.
- Ejercicios deportivos específicos (por ejemplo, lanzamientos, natación, movimientos de raqueta)
- Fortalecimiento excéntrico del manguito posterior.
- Actividades simuladas y tareas laborales.
La atención se centra en la mecánica adecuada y el control durante los ejercicios. La calidad del movimiento anula el volumen. Se aborda cualquier eslabón débil y doloroso o desequilibrio muscular. El programa integra estiramientos, movilidad torácica, postura y estabilidad central. El progreso se basa en hitos clínicos como la fuerza, el rango de movimiento y la función. Esta fase final de fortalecimiento suele durar entre 6 y 9 semanas.
Fase 4: Regreso a la Actividad
La última fase implica un retorno gradual a la actividad plena de forma escalonada. Los plazos varían significativamente según las demandas de la actividad. Aquí hay algunas pautas generales:
- Comience con actividades de bajo riesgo antes de pasar a otras de mayor riesgo.
- Comience con tiempo/intensidad/velocidad/distancia reducida
- Centrarse en la mecánica adecuada, el control y la ausencia de dolor durante la actividad.
- Vigile de cerca los síntomas y haga los ajustes necesarios
- Progresar el volumen de actividad semanalmente si no tiene síntomas
- Desarrollar habilidades y aptitud física específicas para el deporte.
- Abordar cualquier déficit residual
- Espere al menos de 8 a 12 semanas antes de la autorización total para deportes de contacto o colisión.
Inicialmente se espera algo de dolor. Cualquier dolor agudo, inestabilidad, debilidad o hinchazón requiere modificación. El regreso a la actividad puede tardar entre 4 y 6 meses en el caso de deportes de alta demanda como lanzamiento, natación, hockey o levantamiento de pesas. Es posible que se usen aparatos ortopédicos o cintas protectoras durante las primeras fases. La tasa de progresión se individualiza para una recuperación óptima. La paciencia y la comunicación estrecha entre paciente y terapeuta son clave.
Modalidades y Técnicas Manuales
Además de los ejercicios, los tratamientos prácticos pueden resultar útiles durante el proceso de rehabilitación. Éstas incluyen:
- Masaje de tejidos blandos - Ayuda a mejorar la flexibilidad muscular, el flujo sanguíneo y el tejido cicatricial. Las técnicas comunes incluyen effleurage, petrissage, fricción entre fibras y liberación de puntos gatillo.
- Movilización articular - Movimientos pasivos realizados por el terapeuta destinados a mejorar la movilidad articular y reducir rigidez/adherencias. Los grados I-IV se aplican según la etapa de curación.
- Estiramiento : especialmente centrado en la cápsula posterior tensa, los músculos del pecho y los rotadores internos. Puede ser manual, autoasistido o mediante posicionamiento.
- Punción seca - Inserción de agujas finas en puntos gatillo y tensión muscular para provocar una respuesta curativa en el tejido y reducir el dolor.
- Crioterapia - Uso de hielo durante 15-20 minutos para controlar el dolor y la hinchazón, especialmente después de la actividad.
- TENS/E-stim - Estimulación eléctrica para reducir el edema, relajar los músculos, disminuir el dolor y retardar la atrofia muscular.
- Ultrasonido : ondas sonoras suaves destinadas a calentar los tejidos para aumentar el flujo sanguíneo, reducir el dolor/espasmos y mejorar la curación de los tejidos.
Las modalidades se utilizan junto con un programa de ejercicio activo. Ayudan a preparar el hombro para la actividad y pueden ayudar a la recuperación. Sin embargo, los tratamientos pasivos por sí solos no son tan efectivos sin ejercicio activo para fortalecer los músculos y mejorar el control neuromuscular.
Rehabilitación Quirúrgica
En algunos casos, el dolor de hombro no responde al tratamiento conservador y se requiere cirugía. Los procedimientos comunes incluyen reparación del manguito rotador, reparación del labrum, cirugía de estabilización del hombro y reemplazo de hombro. El programa de rehabilitación postoperatoria es gradual y progresivo y se centra en la protección de las estructuras reparadas y en la recuperación de la amplitud de movimiento y la fuerza.
Inmediatamente después de la cirugía, el hombro se inmoviliza durante varias semanas para permitir la curación inicial. Los ejercicios de rango de movimiento pasivo se inician una vez aprobados por el cirujano, a menudo alrededor de 6 semanas después de la operación. El movimiento activo sigue al movimiento pasivo, junto con un fortalecimiento suave. Los ejercicios de resistencia generalmente se retrasan de 3 a 4 meses para proteger los tejidos reparados. Durante varios meses, aumentan la fuerza, la resistencia y las actividades funcionales. Los deportes y el levantamiento de objetos pesados están restringidos durante al menos 6 meses. Los protocolos y cronogramas detallados dependen del procedimiento quirúrgico y son guiados por el cirujano y el fisioterapeuta. La comunicación estrecha entre el paciente y el equipo de rehabilitación es esencial para una recuperación óptima.
Prevención
Un componente importante de la rehabilitación es la prevención de futuras lesiones. Algunos consejos para mantener los hombros sanos incluyen:
- Mantener la flexibilidad mediante el estiramiento regular de los músculos anteriores del tórax, la cápsula posterior y los rotadores internos.
- Fortalecer el manguito rotador, los deltoides y los estabilizadores escapulares.
- Practicar ejercicios de estabilidad escapular y postura.
- Permitir un descanso adecuado entre actividades generales.
- Utilizar la técnica y la mecánica adecuadas durante la práctica deportiva.
- Manténgase dentro de límites razonables al hacer ejercicio
- Aumentar el volumen gradualmente al iniciar nuevas actividades.
- Evite actividades por encima de la cabeza cuando esté fatigado.
- Manténgase hidratado y evite hacer ejercicio en condiciones de calor/humedad.
- Considere el uso de equipo de protección como hombreras en deportes de contacto.
Incluso después de una rehabilitación exitosa, el hombro sigue siendo susceptible a dolores y lesiones recurrentes. La realización continua de ejercicios preventivos ayuda a mantener el hombro fuerte y equilibrado a largo plazo.
Conclusión
La rehabilitación del hombro implica un programa gradual y progresivo adaptado a cada paciente y tipo de lesión. Las cuatro fases se centran en la curación del tejido, la amplitud de movimiento, el fortalecimiento y el regreso a la actividad. La comunicación estrecha entre el paciente y el equipo de rehabilitación es clave. Si bien la recuperación lleva meses, la mayoría de los pacientes pueden volver a realizar actividades plenas y practicar deportes sin dolor con el tratamiento adecuado y las estrategias de prevención. La realización constante de ejercicios, flexibilidad y mecánica del hombro es vital para reducir el riesgo de lesiones y mantener la salud a largo plazo de la articulación del hombro.